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2025: Es la política y la educación

Por Alejandra López (psicóloga, docente y Consejera Titular de la Mesa Directiva del CN del PJ).



La economía ha ocupado demasiado espacio en los últimos 365 días. Los recortes a jubilados, despidos y aumentos de precios y servicios son monedas corrientes en la opinión pública, pero que se padece en los bolsillos.




Cuando el mercado conduce a la economía la población sufre. Padece una serie de encuadres de planilla de Excel que no entienden de remedios, enfermedades o ideología. El único rector es el déficit o superávit. Blanco o negro.

Max Weber definió a la política como la aspiración a participar en el poder o influir en su distribución. En ese sentido, el peronismo entendió que la política era la piedra fundacional para la Justicia Social.

El ADN peronista tiene incorporado que sin independencia económica no hay Justicia Social. Y ese camino lo marca la política.

No obstante, el Justicialismo debe volver a interpelar y enamorar. El lenguaje histórico del peronismo no significa nada para gran porción de la población sub35. Hay una generación de jóvenes que consideran que la Justicia Social es justicia por mano propia, ya que no conocen el aguinaldo ni 180 días de clase. Es una generación que simplemente no lo comprende porque fue diezmada por las crisis y la pandemia.

La política debe volver a ser el eje central de la vida social y política. Tiene que tomar las riendas de la economía y, además, controlar la narrativa. Si la economía conduce a la política se prioriza la timba financiera por encima de los derechos sociales.

La movilidad social ascendente sólo se logra a través de la educación. Por eso los presupuestos educativos no pueden ser terreno de disputa económica de una celda de Excel sino un espacio para incrementar las partidas. Más y mejores aulas, más y mejores salarios, más y mejor formación docente pensada en el Siglo XXI, más y mejor educación. La cuenta es simple: si se invierte más en educación el futuro será mejor.

Las transformaciones educativas que deben realizarse no pueden pensarse en función de focus groups. ¿El sistema educativo tiene que adaptarse a los nuevos tiempos? Sí, pero no importando metodologías que fracasaron en el exterior, sino que, como dice Rodolfo Kusch, pensar situado.

El proyecto educativo nacional tiene que ser pensado y adaptado a las particularidades y características de cada región. Está claro que la educación necesita un cambio y adaptación a la nueva era tecnológica, pero para lograrlo se necesita una inversión constante en la materia y un amplio consenso de todos los actores sociales.

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